Le ganó 2 a 1 en el Parque Independencia, donde sus hinchas vivieron una gran fiesta. Abrió el marcador Donnet, con un cabezazo esquinado. Pero en el segundo tiempo, también por arriba, igualó Badell. Steinert anotó la diferencia, cuando faltaban 9 minutos para el final.Newell's y Estudiantes arrancaron con mucho ritmo, sin pausas. La idea de ambos era ganar la zona del mediocampo. Por eso el local apostó por abrir la cancha con Seri y Donnet, dos volantes con mucha dinámica. Siempre bien respaldados por el clásico doble cinco formado por Husain y Bernardello. Enfrente, el Pincha tenía, a priori, jugadores de mejor pie: Enzo Pérez, Leandro Benítez, Moreno y Fabianesi, hombres capaces de romper un esquema y llegar al área contrario. Eso, estaba claro en los papeles. Pero a los diez minutos, Braña, símbolo del último campeón del Apertura 2006, se lesionó solito. Y tuvo que ser reemplazado por el paraguayo González. Hasta ese momento, los de Simeone eran apenas superiores.
La salida del Chapu provocó un desacople en la visita. La Lepra supo capitalizarlo. Porque el ingresado González demoró varios minutos en acomodarse y creció el trabajo de Bernardello, un prolijo volante central. Lo cierto, lo concreto, era que los dos equipos intentaban llegar por afuera y que los dos arqueros no habían tenido trabajo cuando ya promediaba la primera parte. A los 27, se sacudió la modorra. Cuando Bernardello envió un centro bombeado que Donnet, entrando libre por el medio, mandó de cabeza a la red ante la pasividad de la defensa visitante.
Reaccionó Estudiantes a los 32, cuando Benítez probó desde afuera. El Chino sacó un lindo zurdazo, seco y bajo, que Justo Villar desvió al tiro de esquina. Sin embargo, fue como un espejismo. Porque Newell's era más clarito. Más profundo. Lucero se proyectaba siempre por la banda izquierda y generaba peligro. Un centro suyo cayó en la puerta del área chica y Steinert casi la manda a guardar. Donnet, agrandado por su gol, levantó mucho el trabajo y con su movilidad abría surcos en el fondo del Pincha, que estaba desconocido. Había mucho espacio entre la dupla de ataque formada por Maggiolo- Badell (entró a último momento por Piatti, quien no jugó por un problema personal) y los volantes.
El arranque del complemento no tuvo pausas. En tres minutos, Estudiantes alcanzó la igualdad. Gracias a su mejor arma, la pelota parada. Benítez ejecutó un tiro libre desde la derecha y Badell, en su segundo partido en Primera, cabeceó a la red. Buena definición para poner las cosas como al comienzo. Enseguida, el local pudo pasar al frente otra vez. El pibe Gaitán le pegó con alma y vida en un tiro libre. Andujar, rápido de reflejos, atinó a rechazar con el pie. En la réplica, Moreno y Fabianesi recibió de Maggiolo y cuando sólo tenía que empujarla recibió un empujón de Husain. Penal no sancionado por Collado.
Simeone movió el banco. Hizo el cambio cantado, el que siempre realiza cuando necesita los tres puntos. Sacó a Pablo Alvarez, una fija, y le dio lugar a Lucas Wilchez, ex Tigre. La idea era tenerla, quitarle vértigo al local. También Pomelo Marini intentó cambiar la suerte del partido con algunas variantes ofensivas: Salcedo por Seri y Pablo Pérez (autor de tres tantos en el último enfrentamiento entre ambos) por Donnet. Pero fue Estudiantes el que mejor se acomodó. Sin ser algo brillante. Pero sacó una pequeña luz de ventaja de la mano del juego de Benítez y el atrevimiento de Badell.
Los de Simeone estaban más cerca. Pero cometió un error en un ataque y quedó mal parado. Entonces el movedizo paraguayo Alejandro Da Silva se mandó una corrida por la izquierda y habilitó a Steinert, que esperaba en el medio del área. El punta la bajó con el pecho y en un mismo movimiento, la tocó suave a un rincón para el delirio de los hinchas locales.
Los últimos minutos fueron para el infarto. El Pincha, con poco fútbol pero mucha vergüenza, buscó el empate. Encima el local sufrió la expulsión de Husain. Y el área de Villar se llenó de centros. En el tercer minuto de descuento, Andujar casi se convierte en el héroe de la tarde. Porque ganó en lo alto y cabeceó hacia al arco. La pelota cruzó todo el arco y Maggiolo estuvo cerquita de conectar. Fue lo último.
La Lepra volvió a ganar y es cosa seria. En el debut derrotó a San Lorenzo, el último campeón. Esta tarde superó al equipo que logró el Apertura 2006. Aún debe el partido de la segunda fecha, ante River en el Monumental. Su público se ilusiona. Sus jugadores les dan motivos.