Las edificaciones de más de 500 metros cuadrados son conocidas como "McMansiones". Hay cada vez más porque, al igual que las camionetas 4x4, son un símbolo de éxito y su costo es accesible. Expertos afirman que son "un desastre para el cambio climático".
Para muchos, son una plaga en el paisaje norteamericano. Para otros, una expresión de libertad y éxito. Hoy, legisladores de diferentes ciudades de todo Estados Unidos, alarmados por la propagación de las "McMansiones", intentan contener la dimensión de los hogares estadounidenses.
Inspirados por la preocupación de que las comunidades desaparezcan y alarmados por los costos ambientales, los planificadores han diseñado medidas para asegurar que los nuevos hogares respeten un tamaño proporcional a la dimensión del terreno.
Desde 1973, el tamaño promedio de una casa nueva en Estados Unidos aumentó de 142 a 208 metros cuadrados. Al mismo tiempo, la cantidad de personas por hogar decayó de 3,1 a 2,6. Las mansiones gigantescas son un lugar común en todo Estados Unidos, salpicando el paisaje a lo largo de las autopistas en Colorado o comprimidas en lotes pequeños en zonas urbanas.
No importa dónde estén, comparten características comunes: grandes vestíbulos estilo atrio, cocinas de exposición, múltiples baños, vestidores, garaje y paisajismo en los jardines; un estilo familiar para los espectadores de Los Soprano. El término peyorativo que se utiliza con mayor frecuencia es McMansión, aunque también se escucha hablar de "palacio de madera terciada".
Sin embargo, la tendencia alarmó a los planificadores y conservacionistas. En Boulder County, en el estado de Colorado, que recientemente adoptó medidas para reducir el tamaño de las nuevas viviendas, las casas pasaron de un promedio de 362 metros cuadrados en 1990 a 585 metros cuadrados el año pasado. El mes pasado en Los Angeles, la comisión de planificación de la ciudad aprobó una moción para restringir el tamaño de las nuevas casas. Si el consejo de la ciudad adopta la medida, podrían verse afectadas 300.000 propiedades en la ciudad. Medidas similares han sido adoptadas en Minneapolis y en Florida.
"Pienso que la gente sospecha del desarrollo en Estados Unidos en este momento", dice John Chase, crítico de arquitectura y diseñador urbano para la ciudad de West Hollywood. "La gente tiene una asociación cultural inconsciente con un lugar. La construcción de mansiones afecta la sensación de identidad que tiene una persona con un lugar".
Pero las presiones ambientales también se hacen sentir. "Según los científicos, si no aprendemos a limitar el uso que hacemos de los combustibles fósiles, estamos en serios problemas", dice John Nolon, profesor de derecho en la Pace University de Nueva York. "Uno de los ejemplos más atroces es una casa grande. Una casa de 557 a 745 metros cuadrados es un desastre para el cambio climático".
"Si el país –agregó Nolon– no restringe la construcción de estas mansiones, el mensaje a los individuos es que se los alienta a seguir sus impulsos. El fenómeno con las McMansiones es similar al de las camionetas 4x4: expresan una suerte de éxito, están disponibles y generan satisfacción. Si los legisladores no toman alguna postura en cuanto a las McMansiones, éstas seguirán creciendo sin freno".
Pero algunas señales de que los norteamericanos se están cansando del furor arquitectónico de las McMansiones. "Mi sensación es que en el mercado de lujo a la gente le interesa menos el tamaño que hace una década", dice Kermit Baker, economista principal del Instituto de Arquitectos de Estados Unidos, que registró un achicamiento en el tamaño de las nuevas viviendas.
Lo pequeño puede ser bello, pero los propietarios de casas nuevas tal vez no quieran llegar tan lejos y vivir en los microdepartamentos de 23 metros cuadrados propuestos para el centro de Los Angeles. Ese espacio apenas alcanzaría para un Humvee y un Prius pegaditos uno al del otro.
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