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Novak Djokovic, la nueva joya del tenis mundial

lunes, 13 de agosto de 2007

El serbio de 20 años festejó ayer en Montreal y sumó su cuarto título del año. Se dio el gusto de eliminar a Roddick, Nadal y Federer en una misma semana y trepó al tercer lugar en el ranking. Hijo de una familia de pizzeros, aprendió a jugar al tenis en un centro de esquí cerca de Belgrado y ya nadie duda de que es el tercer aspirante a la pelea por el número uno.


Cuántas veces habrá soñado con vencer al número uno y ser, por un rato, el mejor. Esos deseos de niño inquieto, como los de cualquier otro, que se hicieron realidad a base del esfuerzo. A pesar de la insistencia de su padre que lo arrastraba para que jugara al fútbol, practicó en el cerro el deporte de sus amores. Cerca de Belgrado, en un centro de esquí, su familia se enorgullece de tener la mejor pizzería y pastelería para los deportistas de la nieve. Y entre hornos, salsa de tomate y muzzarella desarrolló su amor por el tenis. Así es la historia de Novak Djokovic, el serbio que se quedó con el Masters Series de Montreal, ayer al vencer a Roger Federer en la final y luego de eliminar a Rafael Nadal en semis.

Djokovic nació el 22 de mayo de 1987, en Belgrado, Serbia. De muy joven se fue a entrenar a Estados Unidos y también a Alemania. Se convirtió en profesional en 2003. Pero desde los 4 años que Nole tiene una raqueta de tenis en la mano. Sus padres son dueños de un restaurante en un centro de esquiadores. Ambos fueron profesionales en un deporte extremo como es el esquí, al igual que los tíos de Nokia, otro de sus apodos. Su padre, Srdjan, también incursionó en el fútbol y esperaba que su hijo le siguiera los pasos. Pero Novak se quedó con el tenis. De todas formas, su familia siempre lo apoyó en la elección y el joven Djokovic estará por siempre agradecido: "Mi padre tiene desde hace 20 años una pizzería en un centro de esquí en Serbia. Fui ahí toda mi vida, pero no en los últimos años y eso me pone triste porque estoy emocionalmente muy conectado con ese lugar. Ahí es donde aprendí a jugar al tenis. Y por supuesto que todavía me gustan las pizzas y panqueques, ¡los de mi padre son los mejores!".

Djokovic es un jugador potente y rápido. En las canchas rápidas y duras se mueve con mucha comodidad. En ese terreno destronó al mismísimo Federer, en Canadá. Así consiguió su segundo Masters Series. El primero había sido en Miami, ante Guillermo Cañas, en la final. Es el número 3 del mundo, detrás del suizo y del español Nadal, y se asoma como el único capaz de terminar con la hegemonía de los líderes del ranking.

Extrovertido y divertido, Djokovic se divierte en el ambiente del tenis. Siempre habla con gusto con la prensa, pierda o gane, responde con una sonrisa. Y hasta dispara contra los que no aman el tenis: "Hay jugadores que sólo juegan en el circuito por el dinero", arremete. Tras la final con Cañas, en Miami, reconoció que estaba nervioso al dar el discurso para el público con el trofeo, a pesar de haber sido muy elocuente. Y luego le preguntó al argentino: "¿Te puedo decir Willy?", un desfachatado y simpático personaje.

Los elogios le llueven a Nole tras la magnífica victoria de ayer. Uno de los más calificados lo endulzó hoy, el sueco Bjorn Borg dijo: "Está en condiciones de ganar un Grand Slam. Ya les ganó a todos y se mueve bien en cualquier superficie. Es muy bueno para el tenis que haya rivalidad y que haya tres grandes en vez de dos, e incluso sería mejor si fueran cuatro", explicó.

En muy poco consiguió mucho. A los 20 años Djokovic suma dos Masters Series, trepó al tercer puesto en el ranking de la ATP y lleva acumulados más de 3 millones de dólares en premios. Se prepara para el Masters de Cincinnati (comenzó hoy) y luego para el Us Open, último Grand Slam del año. ¿Dará allí el gran zarpazo?

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